Bello puente realizado en mampostería situado en el Arroyo “Do la Vi”, en el antiguo camino Real de la Andalucía a Las Castillas, actual cordel auxiliar de la Cañada Real Trujillana.
Este hermoso puente no tiene fecha exacta de construcción. Existen versiones distintas sobre su origen, desde mapas que afirman su origen romano, a otros que aseguran su construcción en el siglo XVIII, con una enorme diferencia en su cronología. Lo que sí parece cierto es que su última remodelación proviene de 1784 y su mecenas fue el Obispo José Pérez Laso. Dada la importancia de la vía desde el siglo XIV, el tránsito de carretas de productos, como se documenta abundantemente en la época, nos hace resistir a la idea de que el puente sea de ese siglo, ya que, la zona, durante 8 meses, es de difícil tránsito para animales, bestias, personas y mercancías, lo que impediría su paso, lo que no tendría sentido en una vía de comunicación tan importante como ésta.
La estructura del puente es muy sencilla. Tiene 6 ojos, 5 de ellos de menor tamaño, 3 ubicados en el margen izquierdo y dos en el derecho, y un gran ojo central. Todos ellos son de medio punto y están formados por pizarra colocada verticalmente. Los tímpanos y los tamajares también están acabados en mampostería de pizarra. La calzada, sin embargo, guardando relación con el puente, ligeramente alomado, está realizada en rollos, aunque ha sido modificada recientemente con poco escrúpulo restaurador, restando un poco de su encanto, que pese a ello es mucho.
En la zona se puede observar uno de los riberos más importantes de la zona, con los restos de una calzada, construida para el tránsito de los diferentes carruajes de la época, y otra zona sumamente agreste en el que se ha perdido todo vestigio de calzada o camino que pudiera pasar por él. El paisaje del Arroyo Do la Ví, nombrado oficialmente como De la Vid, es hermoso y no muy lejos de allí pueden observarse el Cancho del Buho, un precioso roquedo que emerge junto a las aguas.